Llegaste cuando no te esperaba, cuando todo parecía estar
perdido, cuando las ganas de creer en el amor se me habían gastado en otros
labios. Llegaste. Sin tocar, sin pedir permiso, sin importar el caos en mi vida
ni el desorden en mi cabeza. Llegaste, cuando la soledad se había dispuesto
quedarse, cuando sin darme cuenta me había olvidado de vivir. Llegaste y fue
magia tu llegada. Llegaste y desistir dejó de ser una opción. Llegaste para
caminar y volar, para pensar y soñar, para hacer eternos los domingos, llegaste
para quedarte a vivir en un rinconcito de mi corazón por toda la eternidad.
La Astronauta
domingo, 21 de febrero de 2016
lunes, 15 de febrero de 2016
No sé cómo escapar de su mirada, de aquellos ojos verdes que me persiguen a toda hora. Su ausencia realmente besa muy mal, y daría lo que fuera porque volviera. Nada ha vuelto a ser igual desde su partida y mil planes quedaron suspendidos, flotando en el aire, en espera... muriéndose por volverse realidad. Ruego a Dios que no me olvide y que no deje de quererme ni de pensar en mí... porque yo no lo hago y no está en mis planes hacerlo.
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